8 Estilos Afectivos Altamente Peligrosos

 
 

Este episodio es un resumen del libro de Walter Riso: “Amores Altamente Peligrosos”, con algunos de mis propios comentarios.

Walter Riso es un autor y psicólogo italiano que vive en América Latina y en España. En su mayoría, sus libros están escritos en español y son fantásticos tratando temas como el amor y las relaciones tóxicas. Su libro, Amores Altamente Peligrosos, describe 8 “estilos afectivos” o formas en las que la gente tóxica se comporta en dinámicas relacionales, cuyo comportamiento y actitudes ponen en riesgo la salud física y psicológica de su pareja. Él explica que describe estos estilos para ayudarle a la gente a identificarlos y enfrentarlos con la realidad para evitar caer en ellos. Riso también nos ayuda a entender qué es inaceptable en cualquier relación si no queremos caer víctimas de un amor tóxico y a identificar lo que está contraindicado para nuestra propia felicidad.

Quise compartir contigo mis comentarios sobre su libro y sobre estos estilos que él describe. Él presenta su libro diciendo “No estoy diciendo que estas personas no sean merecedoras de amor, lo que afirmo es que cualquier vínculo afectivo donde nuestros valores esenciales se vean amenazados es contraindicado para nuestra felicidad, sin importar cuánto amor le pongamos al asunto.” “Estos estilos afectivos desgastan al otro y le quitan su energía vital.” “Lo acaban lentamente o lo confunden, hasta el punto de sentirse irracionalmente culpable o creer que sufrir por amor es un hecho normal y generalizado.”

Amar y ser víctima NO son la misma cosa. Voy a resumir estos 8 estilos altamente peligrosos para evitar que caigas en ellos y confrontarlos si es necesario. Riso describe la importancia de aceptar a las personas como son pero también bajo ciertas condiciones: “cuando no tengamos que inmolarnos psicológicamente en el intento.” Esto es, “te acepto como eres, si esto no implica autodestruirme por hacerte feliz.”

Él describe una relación bien establecida como “aquella en que ambos se encuentran satisfechos, pueden realizar sus proyectos de vida y no ven pisoteados sus derechos”. Riso plantea un punto importante sobre cómo la sociedad suele aceptar e incluso exaltar muchos de estos estilos, pero la verdadera manifestación de su problema se hace evidente en relaciones íntimas y en la familia. Me gusta cómo Riso presenta estadísticas realistas (aunque sean difíciles de comprobar científicamente dada la naturaleza del problema).

Él menciona que los trastornos de personalidad (los casos más extremos de estos estilos) representan entre el 20 y el 30% de la población. Los casos moderados aumentan el porcentaje todavía más. Se trata del primer experto en psicología que he leído que comparte estadísticas tan realistas sobre algo que al parecer muchos de nosotros ya nos estamos dando cuenta que ocurre en el mundo hoy en día. Riso habla sobre los peligros del “perismo”. Esta es una estrategia de compensación que acaba significando el tener que soportar la toxicidad a toda costa. Por ejemplo: “Le gusta coquetear, pero no es tan grave”, “no es una mujer expresiva, pero tengo que entender que ella es así.”, o “él es agresivo, pero ya está mejorando.”

Todas estas son formas de autoengaño y justificación ante el miedo a la separación. Riso promueve aplicar un realismo afectivo que defina hasta qué punto estamos dispuestos a seguir esperando para que llegue la metamorfosis del ser querido. Él dice: “a veces debemos deponer las armas y comprender que determinadas batallas no son nuestras, no nos corresponden o simplemente no nos convienen.”

Algunos de estos estilos se superponen en la gente. Representan la dinámica interna de cómo algunas personas viven y sienten el amor, su modus operandi, sus motivaciones y su estructura cognitivo-afectiva. Él define un estilo afectivo como una manera de procesar la información afectiva: sentirla, evaluarla e incorporarla a la vida de relación. Basa su información en diversas fuentes científicas y en su propia experiencia clínica.

El primer estilo es el Histriónico/Teatral o Amor Hostigante.

Riso empieza diciendo que amar a una persona así es dejarse llevar por un huracán de categoría cinco.

Se trata de personas que necesitan ser el centro de atención, tienen una emotividad excesiva, comportamientos seductores, cuidado exagerado por el aspecto físico, actitud dramática e impresionista, ven intimidad donde no la hay, son personas muy intensas en sus relaciones interpersonales y terminan con ellas de forma drástica y tormentosa.

Exigen atención y aprobación las veinticuatro horas, lo cual acaba agotando a la gente. Esta es la principal característica de este estilo. Esta exigencia no se basa en sentir celos sino miedo. Riso aclara que el estilo histriónico no es exclusivo de las mujeres; que “el histericismo no distingue géneros” en el mundo post-moderno de hoy.

Vas a notar bastante seducción y acecho emocional con este tipo de personas que a menudo confunden el amor con el deseo. Quieren ser deseados y les falta discreción. A menudo parecen ser optimistas y agradables, pero les falta control emocional y no pueden medir las consecuencias. Tienen una baja tolerancia a la frustración y frecuentes ataques de ira. Son frívolos y superficiales, notorios por su actitud “light”. Siempre quieren más y mejor, y si no obtienen su dosis contigo, saldrán a buscarla con alguien más.

Notarás su coqueteo y galantería que es justo su trampa, y esta se basa más en la seducción que en el sexo. Este tipo es experto en decir lo que el otro quiere escuchar para ganar su atención y afecto. Si retractas tu afecto, podrían reaccionar con violencia e incluso amenazar con suicidarse.

Riso describe a este tipo como bombas de tiempo. El tipo histriónico sobresale en el teatro, la televisión y en el cine donde pueden ser el centro de atención, pero es difícil llevar una relación tranquila con ellos si quieres que se respeten tus límites. Tienden a invadir tu espacio con sus exigencias o su excesiva necesidad de atención. Él dice que este tipo es potencialmente atractivo para quienes buscan a una persona social y extrovertida, para la gente que no quiere complicaciones y para quienes necesitan reafirmar su autoestima.

Riso dice que es posible negociar con los histriónicos porque no te devalúan ni te terminan. Su condición no se basa en la arrogancia sino en el exceso y en una baja autoestima.

Pueden darte mucho amor y cariño pero este tiende a ser superficial. Para ellos es importante aprender a regular sus emociones y a expresar su afecto con más calma.

El segundo estilo es el Paranoico/Vigilante, al cual Riso también llama “Amor Desconfiado”.

Cuando estás con alguien así, te sentirás culpable hasta que no demuestres lo contrario. Son súper celosos y a menudo montan contraataques. Nunca bajan la guardia y tienen creencias como “Si te doy mi amor, te aprovecharás de mí” o “Si no estoy vigilante, me engañarás.”

Riso dice que los introvertidos y la gente con ansiedad social suelen caer ante este tipo de personas creyendo que se entienden mutuamente, aunque sus motivaciones son distintas. La persona paranoide busca evitar que los demás se aprovechen de él. La persona tímida o introvertida busca evitar la crítica de la gente. El miedo en ambos es el pegamento que mantiene unidas a estas parejas que se basan en un aislamiento social. El tipo paranoide busca los celos, el dolor y la preocupación como indicadores de amor. Lo que sea que hagas será usado en tu contra. Te harán muchas preguntas sobre tu pasado pero no responderán preguntas en las que tengan que revelar información personal.

Te harán muchas preguntas para intentar dar con tus motivaciones. No suelen beber alcohol porque temen perder el control. Revisarán muchas veces la cuenta en el restaurante para asegurarse de que no les estén tomando el pelo. Menosprecian sus propios logros económicos para asegurarse de que no irás tras su patrimonio. Riso dice que los tipos paranoides son malos a la hora de aparentar porque siempre se dan a conocer por sus celos y exceso de control. Él dice que conocer a un tipo paranoide es similar a realizar el examen de ingreso a la KGB. Siempre vas a dar más de lo que recibes en este tipo de relaciones. La conclusión para las relaciones con tipos paranoides es que si no hay confianza, es imposible llevar una buena relación.

El tercer estilo es el Pasivo-Agresivo o Amor Subversivo.

Subversión significa socavar o desobedecer a la autoridad o estructura establecida. Riso dice que las relaciones con una persona pasivo-agresiva son como tener un movimiento de resistencia civil en casa. Usan el sabotaje, la insurrección, la indolencia (evitan cualquier actividad por pereza), no cumplen sus promesas ni sus compromisos y muestran una lentitud desesperante.

Lo irritante no son las cosas que hacen sino más bien las que no hacen y esa es su táctica preferida cuando se trata de desobedecer a la autoridad.

Siguen la “Ley del menor esfuerzo”.

Quizá en este momento ¡muchos de ustedes se estén dando cuenta de la cantidad de gente así con la que han salido! Te exasperan con sus olvidos y su “terrorismo emocional” dirigido a perturbar el orden establecido. Tienen problemas con la autoridad (tanto real como percibida) y este es su rasgo principal. Son resentidos y dependientes a la vez. Al mismo tiempo necesitan y rechazan a su pareja en una dinámica de “estira y afloja”.

Son huidizos, evasivos y provocativos y nunca quedan satisfechos. La forma en la que sabotean a sus parejas va acompañada de excusas y dosis muy altas de cinismo que acabarán volviéndote loco. Si intentas recordarles las cosas o hacer que tomen medidas sobre sus responsabilidades y obligaciones o compromisos, te dirán que estás siendo controlador. Entienden perfectamente los motivos por los que tú piensas que su comportamiento no está bien, pero no hacen nada para cambiarlo. Sólo quieren controlar.

Cualquier señal de optimismo de tu parte se convierte en un objetivo militar que debe ser aplastado. Tienen un pesimismo contagioso que podría llevarte a una profunda depresión y a la desesperación, y su sabotaje y evasión causan ira, indefensión aprendida y la pérdida del control en sus parejas.

Cuando estás con alguien que sin hacer nada te lleva a reaccionar, sabes que estás lidiando con una persona del tipo pasivo-agresivo. La agresión encubierta es su forma de expresión. Riso no menciona en su libro la frecuencia con la que este comportamiento se manifiesta en los narcisistas encubiertos, quienes te llevan al abismo de la desesperación, a la pérdida del auto-control, a la locura y a sentir muchísima frustración.

Riso describe su condición como una “ambivalencia interpersonal”, ya que están atrapados en un conflicto interno donde requieren de una figura de autoridad para sentirse seguros y protegidos (porque se perciben débiles), pero también necesitan sentirse libres e independientes de cualquier forma de control. No pueden vivir “Ni contigo, ni sin ti”. Cuando se enfrentan a los dilemas de la vida, recurren a la inmovilización.  Su fragilidad e inseguridad le resulta atractiva a la gente que quiere cuidarlos y protegerlos.

Si tienes una necesidad de que te necesiten, podrías sentirte atraído hacia personas del tipo pasivo-agresivo. Los codependientes que tienen una compulsión por querer ayudar a toda costa suelen ser pareja de gente así. Su tranquilidad y su pereza (o actitud de “dejar las cosas para luego”) también es atractiva para los que no quieren que les pregunten nada en sus relaciones o para quienes desean tener relaciones sin mucho compromiso y que requieran un mínimo esfuerzo sin causar complicaciones. El pronóstico para una relación con un tipo pasivo-agresivo no es bueno.

Riso pregunta: “¿Cómo amar a alguien así y mantener la cordura?”

Riso explica que la única forma para lidiar con una persona del tipo pasivo-agresivo es pasar por una fase autista, convertirse en el mismo Buda o SALIR CORRIENDO.

Si en este momento estás lidiando con alguien así pero ya planeas tu salida, no le delegues ninguna responsabilidad ni cuentes con ellos para nada. Vas a tener que administrar por tu cuenta todas las responsabilidades de la relación y con tus hijos si quieres mantener la cordura.

No respondas a sus provocaciones, porque habrá bastantes. Sólo ignóralas y no les des importancia. Sé asertivo y defiende tus derechos respetando los suyos. No te responsabilices por ninguno de sus errores ni tampoco intentes criarlos ni forzarlos a que maduren. Siempre te verán como un obstáculo, nunca como un ser amado. No es posible llegar a un acuerdo con ellos.

Con el tipo pasivo-agresivo, todo será siempre “malo si sí, malo si no”. Si les muestras tu cariño, sentirán que los estás limitando. Si muestras independencia, te van a odiar porque los estás privando de la protección que necesitan. Si lo que quieres es conservar tu cordura y tu salud física, jamás negocies con ellos. Si lo haces, acabarás estresado y en situaciones de emergencia que siempre terminan abandonando, te dejarán apagando incendios tú solo, siempre están en tu contra pero te necesitan y aun así no están dispuestos a cooperar, sólo a oponer resistencia.

Riso sugiere que, para descubrir a tiempo a una persona del tipo pasivo-agresivo, sólo hace falta estar en desacuerdo con ella durante las primeras citas.

Desafía su punto de vista, sus opiniones y actitudes de forma amistosa. Pon atención en sus promesas y en cómo es que no son capaces de cumplirlas. 

El cuarto estilo es el tipo Narcisista/Egocéntrico o Amor Egoísta.

Riso dice que, con una persona narcisista, siempre te vas a sentir como un satélite orbitando a su alrededor. Se sienten especiales, únicos, grandiosos y ven a los demás como inferiores.

Sus parejas acaban sufriendo agotamiento emocional por mantener la relación. Si estás con alguien así, perderás tu autoestima, te sentirás sólo, deprimido, disminuirá tu rendimiento en el trabajo y en la escuela al igual que tu auto-eficacia, notarás que tu sistema inmunológico pierde fuerza y te enfermarás con mayor frecuencia, te sentirás agotado y sin esperanzas. 

Riso dice: “Es imposible amar a alguien que se cree el centro del universo.” Acabarás restándote valor para elevarlos a ellos. El tipo narcisista tiene una necesidad por adquirir estatus y poder. Si tú tienes alguna de estas cosas, te usarán como trofeo.

Cuanto más los ames, más alimentarás su grandiosidad y más se distanciarán de ti. Notarás que empiezas a rendirte como síntoma de la alienación que experimentas con ellos y además te sientes desechable.

Riso dice que el narcisismo no es amor propio sino más bien exaltación propia, egoísmo y egocentrismo. Él dice que es el lado oscuro de la autoestima.

La autoestima es necesaria para una inmunidad saludable, pero en el caso de los narcisistas, ellos viven encerrados en sus propios sentimientos y necesidades, y son incapaces de pensar en lo otro. Él escribe: “la demanda de un auto enamoramiento [es lo que] le impide dedicarse a una pareja.” Observarás egoísmo y manipulación en una relación con un tipo narcisista, ya que son abusivos con el manejo de los recursos comunes (tanto físicos como psicológicos). Su egoísmo destruye su capacidad para amar a otra persona.

Para un narcisista, el fin justifica los medios y utilizarán a los demás para sus propios intereses. Riso describe el cuidado con el que un narcisista elige a su víctima: ellos estudian las ventajas que otros pueden ofrecerles y lo que pueden obtener. Te manipularán a través de la culpa, la seducción, el miedo y el chantaje. Incluso pueden presentarse como débiles o incapaces para inspirarte a protegerlos, ayudarlos o sentir lástima por ellos. Los narcisistas no saben perder y Riso dice que esto es lo que los hace tan peligrosos.

Usan la grandiosidad para disfrazar su profundo sentido de inferioridad y su necesidad de utilizar la imagen pública como tarjeta de presentación. Requieren de admiración y se la exigen a sus parejas. Nunca aceptarán como pareja a alguien que los “opaque” para evitar que sus celos los consuman. El narcisista absorbe tu fuerza vital y devora tu energía. Si no estás de acuerdo con ellos, perciben esto como una falta de respeto y les causas una herida narcisista debido a su hipersensibilidad a la crítica.

No hay reciprocidad en una relación con un narcisista. Siempre darás sin recibir. Amarás sin ser amado. Te manipularán y te sentirás usado como un objeto, y eso es injusto e inaceptable. 

Cuando recién conoces a un narcisista, notarás sus muestras de poder, aristocracia, glamour, estilo y buen gusto. Querrán enseñarte sus cosas de marca y otras posesiones que codician en un esfuerzo por decir “mira lo genial y deseable que soy.” También van a mostrar interés en tus amistades con estatus e importancia.

Un narcisista también se presenta como alguien totalmente opuesto a quien es en realidad. Pueden presentarse como gente humilde, sensible y abierta al desarrollo personal. Sin embargo, todas tus conversaciones girarán en torno a ellos, a su historia, su familia, sus hijos, su trabajo y sus logros. Encontrarán tus vulnerabilidades y las endulzarán antes de manipularlas. Los narcisistas sienten que están por encima de las reglas.

La conclusión es que una relación sin reciprocidad es agotadora, cansada y eventualmente acabará robándote la vida. Si valoras tu vida, esta no es una relación saludable para ti. 

El quinto estilo es el tipo Obsesivo Compulsivo o Amor Perfeccionista.

Este estilo tiene que ver con el control y el perfeccionismo. Nada satisface a una persona obsesivo-compulsiva porque siempre podrías hacer mejor las cosas. Tu espontaneidad es vista como una falta de autocontrol. La persona Obsesivo-Compulsiva quiere rigidez, previsibilidad, orden y se concentra en los detalles.

Ofrecen relaciones sexuales aburridas, con muy poca variedad o improvisación porque eso los hace sentir incómodos. Son muy cuidadosos para mantener sus emociones bajo un control riguroso. Los tipos obsesivo-compulsivos son muy exigentes y críticos con tus errores. Ponen más peso en las cosas malas que en las buenas.

Vas a notar que son tacaños, estrictos, moralistas, formales, regulados, que no les importas ni te muestran afecto y además tienen una fuerte capacidad para convencerte de que su opinión siempre es la correcta.

Tienen mucha disciplina y son altamente productivos en el trabajo, pero se les dificulta tomar decisiones y establecer prioridades. Cuando estás con alguien obsesivo-compulsivo, acabarás sintiéndote inútil, incompetente e irresponsable porque no eres perfecto. Desarrollarás mucha ansiedad y miedo a cometer errores. Te convertirás en un “obsesivo secundario” como Riso les llama, para satisfacer sus necesidades.

Imagino esto como el personaje de la película “Durmiendo con el Enemigo”, quien también creo que era un psicópata y le exigía al personaje de Julia Roberts que siempre tuviera limpios los frascos de la alacena o si no la golpearía.

Cuando estás en una relación con un tipo obsesivo-compulsivo, perderás tu auto-eficiencia y te volverás más inseguro por tantos juicios en tu contra. Terminarás cometiendo errores por miedo a equivocarte y caerás en una espiral de auto-destrucción. Te sentirás irrespetuosamente excluido de la relación.

Incluso vas a sentirte avergonzado de estar en “segundo lugar”, como Riso lo llama, y esto te va a llevar a la ira, a la frustración y al resentimiento. El tipo obsesivo-compulsivo no puede ceder el control porque siente que nadie puede hacerlo mejor.

En la serie “La Casa de las Flores”, hay una escena donde el personaje de Paulina, una mujer obsesivo-compulsiva y súper controladora está sentada en la oficina de un terapeuta y éste le pregunta: “¿qué pasaría si dejaras de controlar todo para todos? ¿Crees que serían capaces de lidiar con eso?” a lo que ella responde: “¡Uyyyy no!”.

Un tipo obsesivo-compulsivo acabará con la alegría en el hogar y en la relación.

Tu relación se volverá súper racional porque ellos ven las emociones como una falta de control debido a su rigidez emocional, además de que no pueden expresar sentimientos. Los tipos Obsesivo-Compulsivos a menudo tienen una libido baja y se les dificulta llegar al orgasmo porque no pueden dejarse llevar. Los tipos OC tienden a atraer personas que se sienten inútiles y que buscan a alguien que pueda lidiar con todo, pero tarde o temprano ese alivio que sienten al comienzo se transforma en control, en críticas y en un mayor miedo al fracaso.

También atraen a personas que buscan quien los lleve por “el camino del bien” en la vida y suele ser gente que vivió en excesos y fuera de control pero que busca sentar cabeza, compensar por las cosas malas que hicieron y expiarse de culpas, como una especie de auto-redención. Los tipos OC también atraen gente que busca parejas responsables y confiables porque proyectan su confianza en ellos. 

Por lo general son fieles y responsables con quienes buscan un compromiso, pero sus parejas terminan devastadas psicológicamente por la tortura mental y por las exigencias del OC que son 10 veces más grandes que las cosas que ofrecen. Es difícil vivir con alguien que tiene estándares inalcanzables. Riso dice que las exigencias de la gente tipo OC también tienen tonos de indignación porque creen que siempre tienen la razón. Son dogmáticos y se les dificulta aceptar que tienen que reevaluar sus creencias.

Una relación con un tipo OC será un amor estancado en la rutina y la normalidad. Nunca fluirá. Algunas de sus parejas terminan identificándose con el tipo OC y se convierten en gente obsesiva para hacer que la relación funcione. Su autoengaño suena como: “No todo está mal”. Si le pones límites a su perfeccionismo, Riso dice que te prepares para un contraataque. Es como si les declararas la guerra con tu espontaneidad e imprevisibilidad o improvisación, e incluso si realizas cambios en tu vida cotidiana y en tu hogar. Estas cosas van a provocar crisis de “dimensiones existenciales” porque el tipo OC tendrá que enfrentarse a sus miedos irracionales.

Riso sugiere hallar un punto medio para aproximarse al tipo OC de forma constructiva en donde no tengas que sacrificarte ni tampoco tengas que provocarlos a ellos. Él dice que los OC sufren por su forma de ser (cosa que no pasa con la gente del tipo narcisista o antisocial), por lo que el tipo OC está más motivado a recibir ayuda.

Su exagerado autocontrol emocional no es por falta de amor. Con un poco de ayuda profesional es posible reducir su necesidad por tener orden, su tacañería y su control expresivo, y con paciencia podrías hacer que una relación funcione con alguien que sea un buen partido.

El sexto estilo es el tipo Antisocial/Pendenciero o Amor Violento.

Riso describe este estilo como una forma de anti amor y una especie de maldad esencial que bloquea cualquier tipo de aproximación afectiva.

El tipo antisocial viola las normas sociales, es impulsivo, irresponsable y con frecuencia presenta comportamientos fraudulentos e ilegales. Riso describe una relación con una persona del tipo antisocial como “sobrevivir al depredador” y “una amenaza para cualquiera”.

Todos ellos traen destrucción a un nivel interpersonal y cosifican a los demás. El tipo AS es manipulador. Llora, pide perdón y jura cambiar cuando amenazan con dejarlo. Tienen gustos sexuales poco convencionales y exigencias ante las cuales podrías ceder (aunque no te gusten) porque es el único momento en donde percibes un sentido de afectividad o cercanía de su parte.

Los tipos antisociales no saben querer. Tampoco pueden entender el dolor ajeno. Sólo quieren pasarla bien y no aburrirse. No tienen ninguna responsabilidad hacia los demás y siempre cosifican a la gente. Ven a las personas como objetos, las explotan y se aprovechan de ellas sin compasión alguna. En casos extremos, sienten placer por el sufrimiento de los demás. Los tipos AS sienten desprecio por la gente ya que exhiben comportamientos crueles y abusivos, tanto físicos como psicológicos.

El egoísmo de un narcisista se basa en su grandiosidad y en sentirse especial. Riso dice que el egoísmo del AS se basa en un estado del yo donde “no hay nadie más”, o “estoy sólo para enfrentar la vida” y en la supervivencia del más apto. Cuelgan a la gente de llavero, la llevan y la traen como a una cosa sin esperar ningún tipo de aprobación de los demás. Ven a la gente como prescindible o superflua a menos de que puedan usarla de algún modo.

Los tipos AS no se tientan el corazón. Ven a la gente como si fuera de su propiedad. Si alguien le falta al respeto a su pareja, golpearán al otro no porque les importe su pareja sino porque, como Riso lo describe, es como si alguien les hubiera rayado el auto. Su mujer era de su propiedad.

Algunos tipos anti-sociales parecen amar a algunas personas, pero este amor se basa en la utilidad y en la falta de sensibilidad. En última instancia, son destructivos para todos.

El uso no es amor. Los depredadores sólo respetan a otros depredadores. Los tipos AS sienten que deben de sobrevivir a toda costa. Muchos de ellos creen que sus víctimas merecen ser tratadas así por ser débiles. Vas a notar esto en grupos donde se promueve la supremacía racial. Sienten que tienen el derecho de aplastar a los demás como les plazca. Los tipos AS tienen un delirio de omnipotencia y dominación total. 

Un narcisista te devaluará y te dirá que vales menos que ellos (de forma explícita o a través de sus actos)  mientras que un tipo antisocial te despreciará y te dirá que no vales nada. Su filosofía de vida es la cosificación del otro. Te degradarán y anularán tus iniciativas personales. Los tipos AS suelen tener un alto coeficiente intelectual a pesar de que son impulsivos. A menudo premeditan sus manipulaciones.

Las víctimas de los tipos antisociales pierden su energía vital y se vuelven conformistas, resignadas a su suerte. Desarrollan una disociación donde saben que pueden escapar pero su cuerpo no reacciona. Adoptan una actitud de indefensión aprendida y desesperanza, pierden su propio poder de decisión. La víctima internalizará su condición como el objeto.

Los tipos AS no muestran culpa ni remordimiento. No tienen compromisos ni obligaciones con los demás. También tienen la incapacidad de dudar sobre lo que hacen y dicen. No se responsabilizan a sí mismos por nada.

Riso diferencia la rebeldía pasivo-agresiva como un acto de protesta ante la injerencia del otro. La irresponsabilidad del antisocial no surge de la oposición sino de una falta de consciencia. No es que escojan ser irresponsables; simplemente lo son. El pasivo-agresivo tiene un lado dependiente que lo empuja a buscar la seguridad en los demás. Los AS no buscan la seguridad en otros, sino un monopolio de poder. Los tipos AS pueden ser especialmente encantadores, seductores y jugar con los valores del “héroe” como la fortaleza, la valentía y el gusto por la aventura. Pueden resultarle atractivos a tu falta de poder personal si estás buscando a alguien que te defienda. Si te sientes débil, buscarás a un protector o a alguien que se sienta seguro de sí mismo.

Riso dijo que la versión de mayor estatus socioeconómico simplemente es “una presentación más elegante” de lo mismo. Si necesitas admirar a alguien valiente, podrías sentirte atraído hacia la falta de miedo del AS y a la forma en que viven la vida hasta el límite. Si necesitas sentir emociones fuertes, podrías sentirte atraído hacia un tipo AS por su baja tolerancia al aburrimiento y porque tienen que sentir emociones fuertes para sentirse vivos.

Realizan comportamientos extremos para sentir más, tienen una adicción al peligro y a las emociones intensas. Riso lo llama “el amor a 100km por hora y en caída libre”. El tipo antisocial carece de autocontrol. Los tipos AS se sienten orgullosos de serlo y lo disfrutan.

No cambian en absoluto.

Una relación con un antisocial es como Riso dice “un suicidio asistido”, y tiene un costo muy alto. Es imposible tener una relación saludable con ellos si lo que buscas es una vida digna. Sal corriendo y no mires atrás. Una relación sólo es posible entre dos tipos AS o si uno de ellos es AS y el otro posee un estilo limítrofe, ya que ambos buscan los mismos niveles de intensidad.

El séptimo estilo es el Esquizoide/Ermitaño o Amor Desvinculado o Indiferente.

Riso dice que “aislarse afectivamente de la pareja es una forma silenciosa de agresión.” Es tanto o más destructivo que el amor violento.

Como el tipo antisocial, ésta es la máxima expresión de la indiferencia. El tipo de indiferencia del Esquizoide es mortal porque no se basa en el ego (como ocurre con el narcisista) ni tampoco en la supervivencia del más apto (como pasa con el antisocial) sino más bien en una desvinculación esencial: la ausencia emocional sin más razón que la ausencia misma.

Él describe una relación con uno de estos tipos como un agujero negro.

Los tipos esquizoides tienen una necesidad radical de independencia. Nadie llega a su fondo. Adoptan la soltería como forma de vida. Su forma de relacionarse con los demás es creando distancia emocional. Exhiben indecisión, apatía y falta de compromiso. De hecho, esquivan cualquier tema que tenga que ver con compromisos o matrimonio.

Obtienen algunos beneficios al tener una pareja pero prefieren distanciarse de ella. Riso dice que el estilo Esquizoide es un pasivo-agresivo “superado” que ha resuelto el conflicto (de seguridad contra independencia) a favor de la autonomía. Es imposible conectar con alguien del tipo esquizoide dada su exagerada necesidad de independencia. Una cosa es tener una independencia razonable y otra muy distinta es la adicción al desapego.

En el caso del esquizoide, la independencia se convierte en aislamiento, reclusión e incomunicación por la visión negativa que tiene de los demás. Sienten que la gente es controladora e intrusa y ven al amor como “una forma de esclavitud.” Riso escribe que “amar a un esquizoide es como abrazar a la nada. Es como las arenas movedizas: cuanto más amor le entregues, más te hundirás en tu soledad, porque más se alejará de ti.”

Esto me recuerda a La Nada de "La Historia sin Fin". Incluso usaron la imagen de las arenas movedizas en esa película.

Riso dice que el tipo esquizoide gusta del ciberamor y del cibersexo al mismo tiempo que las relaciones a larga distancia porque no hay compromisos y nadie puede saber quiénes son en realidad. Es fácil mentir en ese aspecto sin que los descubran. Prefieren la masturbación al sexo porque es menos invasora.

Riso describe su condición como “un analfabetismo emocional” y falta de empatía. Su falta de empatía suele llamarse “alexitimia”, que es la incapacidad de procesar información emocional y/o afectiva, propia o ajena. Dice que estar con alguien así es estar solo.

“La indiferencia es una tortura que mata en cámara lenta y puede llevarte a los límites de la desesperación”. Al principio, el tipo esquizoide no se parece en nada a un agujero negro y nadie sospecha de su incapacidad de dar y recibir afecto. Se perciben respetuosos y misteriosos. Sus defectos sólo emergen cuando “el virus del amor se dispara”, lo cual toma alrededor de 6 meses según escribe Riso. El rechazo y su frialdad sólo se perciben si te enamoras de ellos. Los tipos esquizoides son atractivos cuando estás buscando a alguien que respete tu espacio, o cuando estás en búsqueda de un amor donde la conquista sea un reto.

Riso dice que es imposible tener una relación con alguien del tipo esquizoide porque vivir en un estado de indiferencia y abandono va en contra de la naturaleza humana. Entre más te aproximas a ellos, más se alejan.

El octavo y último estilo es el Limítrofe/Inestable o Amor Caótico.

Este tipo es impulsivo, emocionalmente inestable, paradójico, inseguro y autodestructivo con tendencias a las adicciones y a otras conductas disfuncionales. Son impredecibles y explosivos.

Una relación con un limítrofe se irá volviendo cada vez más caótica y desesperante. Riso los describe como supernovas. Tienen ataques de ira, altibajos drásticos, celos intensos y suelen ser alcohólicos. A menudo no quieren ayuda. Explotan y luego te piden perdón, y ese ciclo se repite una y otra vez. El tipo limítrofe es de naturaleza contradictoria.

Te amarán y te odiarán, serán tiernos y violentos. Tienen una percepción y forma de pensar en blanco y negro. Esto a menudo se manifiesta en las mujeres quienes se sienten amadas o no de acuerdo a los aspectos positivos o negativos que estén recordando de su pareja. En hombres suele manifestarse como sentirse exitosos o sentirse fracasados y tratan a sus parejas con irritabilidad y rechazarán cualquier tipo de afecto si no se sienten bien consigo mismos en ese instante.

Sus estados internos cambian constantemente y nunca sabrás a quién vas a encontrar cuando los veas de un día para otro. Yo diría, también de un momento para otro. 

Riso describe la relación con alguien del tipo limítrofe como “amor de alto riesgo” ya que es impredecible y sorprendente, como vivir al filo de una navaja. Él dice que por esta razón los tipos antisociales se sienten atraídos hacia ellos, ya que son una caja de sorpresas y eso los divierte, además de que siempre están buscando emociones fuertes en sus experiencias.

Riso dice que al comienzo de la relación con alguien limítrofe, vas a notar la seducción, la extravagancia, muchas emociones y fluctuaciones, sinceridad y apertura, y a menudo un deseo sexual, contrario a lo que pasa con el tipo histriónico.

Los tipos limítrofes tienen una identidad fragmentada y una falta de sentido del Yo.

Saber quiénes somos y hacia dónde nos dirigimos en la vida es importante para tener un amor maduro. Los tipos limítrofes tienen miedo a estar solos y al abandono, pero también temen a la intimidad. Tienen baja autoestima y no se sienten dignos de merecer amor.

No tienen amor propio.

Quieren mantener una relación de dependencia pero carecen de los recursos internos para hacerlo. Esto es lo que causa un círculo vicioso de relaciones interpersonales. Cuando la pareja del limítrofe no puede alcanzar sus estándares para sentirse totalmente seguro, se desencadena su ira, sus agresiones, autolesiones, crisis de identidad, infidelidades y adicciones. Naturalmente la pareja se distancia y el limítrofe interpreta esto como no ser alguien digno de recibir amor.

Cuando estás en una relación con un tipo limítrofe, acabarás sintiéndote impotente. Riso sugiere que el tipo limítrofe siempre requiere terapia. Es posible que con la terapia pase de ser un tornado a una tormenta tropical manejable. Con terapia también pueden llegar a un punto en donde no hayan más tsunamis devastadores, aunque sí algunas inundaciones.

Esto suele verse más en sus relaciones íntimas ya que representan su talón de Aquiles, y es ahí donde surgen sus mayores problemas. Riso dice que es tu decisión permanecer o no en una relación así.

 

En resumen, Riso dice que el amor saludable está apuntalado en la dignidad humana y favorece el desarrollo del potencial humano.

Estos 8 estilos de amor tienen antivalores que se oponen al desarrollo normal del afecto.

Conocer sobre estos temas es importante para evitar caer en ellos, pero también hace falta madurez emocional. Él sugiere ir despacio y tomarse el tiempo necesario para observar y pensar, quererse a uno mismo lo suficiente para no ser cosificado ni sufrir en nombre del amor.

“Amar no implica sufrir y todos tenemos el derecho a ser felices.” (Riso)

“La dignidad y la autoestima jamás deben negociarse, porque incluso en el amor hay límites.” (Riso)

Recomiendo ampliamente este libro y espero hayas disfrutado este resumen. El contenido de Riso me pareció realmente valioso y tengo planeado leer más de sus libros para traerte más de sus ideas a futuro.

 
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